Por
Gundhramn Hammer, PhD1, Yudit E. Ruiz Sánchez, MA2
& Blanca I. Ruiz Sánchez, MN3
1E-mail:
gundhramnshammer@gmail.com.
2,3E-mail: yuditelisabet@gmail.com
Autor para la correpondencia: yuditelisabet@gmail.com
Autor para la correpondencia: yuditelisabet@gmail.com
Resumen.- A vista de pájaro, con el presente artículo comparamos a los dinosaurios con los humanos con respecto a su huella fecal en la historia del planeta. Asimismo, hacemos un simple estimado de la huella fecal de los esquiadores en Candanchú y Astún (Huesca, España) durante la temporada 2016-2017, vertida en el río Aragón. Y por último, brevemente mencionamos el impacto medioambiental de la Variante de Jaca de la Autovía del Pirineo (A-21) en el mismo río.
Palabras
clave: Planeta cagado, dinosaurios, humanos, Homo sapiens,
huella fecal, impacto ecológico, esquiadores de nieve, Candanchú, Astún,
río Aragón, daleks, cyborgs, coprolitos, heces humanas,
contaminación medioambiental, agua contaminada, Variante de Jaca,
Autovía del Pirineo, ártico, antártico.
Abstract.- With a bird´s-eye view, in
this article we compare dinosaurs with humans with respect to their
fecal footprint in the history of the planet. Also, we make a simple
estimate of the snow skiers´ fecal footprint in Candanchú and Astún
(Huesca, Spain) during the 2016-2017 season, dumped into the Aragón
River. And finally, we briefly mention the environmental impact of
the new highway (A-21) on the same river in the Pyrenees.
Key
words: Pooped
Planet, dinosaurs, humans, Homo sapiens, fecal footprint,
ecological impact, snow skiers, Candanchú, Astún, Aragon river, daleks,
cyborgs, coprolites, human feces, environmental pollution, polluted
water, Jaca, Pyrenees, Arctic, Antarctic.
Citar:
Planeta cagado: Los esquiadores depositan más de 300 toneladas de mierda en el río Aragón en Candanchú y Astún (España) durante la temporada 2016-2017. Hammer´s J. Biospher. Studies, 6 de mayo de 2017, URL: http://hjournalbiosphericalstudies.blogspot.com.es/2017/05/planeta-cagado-los-esquiadores.html
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Introducción
Los dinosaurios fueron las formas de vida
dominantes por un largo periodo de la historia de la Tierra, desde el cretácico
tardío, hace aproximadamente unos 230 millones de años (Nesbitt et al.,
2012; Martinez et al., 2011), hasta más allá del evento catastrófico que
extinguió la mayor parte de ellos, la caida de un asteroide, hace alrededor de
65.5 millones de años, adentrándose los supervivientes después del impacto
hasta el paleoceno y luego se extinguieron alrededor de hace 64.5 millones de
años (Fassett et al., 2002).
Pero curiosamente, con la excepción de los
coprolitos fortuitamente encontrados o desenterrados por los paleontólogos y
geólogos (e.g., Chin, 2007, 2011; Ghosh et al., 2003; Prasad et al.,
2005; Piperno & Sues, 2005; Vajda et al., 2016) alrededor del mundo,
hoy no existen grandes cúmulos fecales de los dinosaurios. Los dinosaurios
pasaron por el planeta y no dejaron su hogar contaminado con millones de
toneladas de su mierda. Su forma de vivir estaba
completamente integrada con el medio ambiente. Los hallazgos de icnofósiles
evidencian que habían interacciones comensales entre escarabajos peloteros,
dinosaurios herbívoros y coníferas (Chin & Gill, 1996).
Sin embargo, en comparación, la soberbia
especie humana acaba de aparecer en la escena de la vida en la Tierra y en un
corto periodo de tiempo, tan solo fue ayer, desde su “revolución industrial”,
ca. 1750 a ca. 1850 (Singer et al., 1958), hasta hoy, especialmente en
los ultimos 50 años, ya tiene cagados prácticamente todos los rincones
del planeta, incluyendo los mares y oceános.
Baste un solo ejemplo: los plásticos. Jambeck et al. (2015) calcularon que 275 millones de toneladas métricas (TM) de basura plástica fueron generadas por los países costeros del planeta en 2010, de las cuales 4.8 a 12.7 TM acabaron en el océano.
Baste un solo ejemplo: los plásticos. Jambeck et al. (2015) calcularon que 275 millones de toneladas métricas (TM) de basura plástica fueron generadas por los países costeros del planeta en 2010, de las cuales 4.8 a 12.7 TM acabaron en el océano.
El hombre (Homo sapiens) caga por
doquier. Tiene el planeta cagado.
Así, el propósito de nuestro artículo es simple: reportar a grandes rasgos la huella fecal de los esquiadores en el Pirineo aragonés durante la temporada 2016-2017.
Así, el propósito de nuestro artículo es simple: reportar a grandes rasgos la huella fecal de los esquiadores en el Pirineo aragonés durante la temporada 2016-2017.
Un rincón del planeta cagado: Candanchú y
Astún en España
Los filósofos, los biólogos, los
paleoantropólogos, entre otros expertos que se ganan la vida estudiando y
defendiendo a capa y espada sus elaboradas hipótesis acerca del origen del
hombre (Homo sapiens) y de sus piruetas culturales a lo largo de su
historia, esas que suelen ser más bien maniáticas, no se ponen de acuerdo en cómo
ocurrió, aunque sí comparan excesivamente a esta especie de primate con las
otras formas de vida que pueblan la Tierra.
Y como es de esperar, las demás especies siempre salen mal paradas.
No obstante, podemos decir que si hay algo
que de verdad distingue a este primate bípedo “pisotero” (i.e.,
fornicador) de las demás especies que habitan la Tierra es que este bicho
primatiforme es muy sucio. Dondequiera que van los humanos, allí cagan. A
montones.
Ni las regiones polares del planeta escapan
de la contaminación de las cagadas de los humanos. Así lo indican varias
investigaciones científicas llevadas a cabo en el Artico (e.g., Kutz et al.,
2008) y la Antártida (e.g., Bruni et al., 1997; Tin et al., 2009;
Castro Martins et al., 2005).
Y de una u otra forma, directa o
indirectamente, tarde o temprano acaban comiéndose y bebiéndose su propia
mierda.
También causan daño directa y/o
indirectamente a las demás especies que les rodean. Lamentablemente.
Siendo así, perfectamente podemos decir que
del sapiens de su “sapiens” del que se enorgullecen tanto estos “monos
desnudos” (Morris, 1967; Suzuki & Dressel, 2004), no tienen nada. Al
menos por ahora.
Hoy en día, este “mono desnudo” (Homo
sapiens) sigue cagando de arriba para abajo y de abajo para arriba por todo
el globo. No cesa de cagar. No estará nunca satisfecho hasta que no haya cagado
cada centímetro del planeta. A corto o largo plazo, para su propia desdicha. Y
de aquellas especies que le rodean.
Por lo tanto, no es nada extraño que unos
esquiadores hayan dejado un rincón del planeta cagado: Candanchú y Astún (Huesca, España).
¿Cuánto?
Mucho. Muchas toneladas.
Metodología
Empleando los datos de R.G. (2017), los 1,8
millones de esquiadores que visitaron las estaciones de esquí de Candanchú y Astún
(Fig. 1) durante la temporada 2016-2017, haremos unos estimados de su huella fecal de
cuatro maneras.
Figura 1. Mapa de Candanchú y Astún (Huesca, España). Michelin (2001). |
En primer lugar, asumiremos que cada uno de
los esquiadores hizo una evacuación fecal, de 100 a 200 gramos; una persona
promedio evacua unos 150 gramos por término medio (Ibarra, 2014). Otra, tomando
en cuenta que solamente la mitad de los esquiadores defecaron. Una tercera,
donde consideraremos el factor estreñimiento. Y por último, aquella en la que
hay casos de individuos excepcionales, cuya evacuación fecal es de cerca de
medio kilogramo o más diariamente y supera la baja media de los elefantesafricanos (Elephantidae: Loxodonta africana), que ronda entre 0.60 y 4.0
kilogramos por día (Coe, 1972), e incluso más.
Resultados y biosfericación
Primer caso. Si asumimos que todos fueron al
baño a defecar al menos una vez al día durante la temporada de esquí 2016-2017
y que su evacuación fecal osciló entre 100 y 200 gramos cada una, los 1,8
millones de esquiadores (R.G., 2017) que visitaron las estaciones de esquí de
Candanchú y Astún dejaron el río Aragón contaminado con 180 a 360 toneladas de
mierda.
Segundo caso. Asumiendo que solamente la
mitad de los 1.8 millones de esquiadores defecaron, obtenemos que su huella
fecal osciló entre 90 y 180 toneladas.
Tercer caso. Si tomamos en cuenta el problema
del estreñimiento, un 18% de los españoles sufre de este mal (Argüelles Arias
& Herrerías Gutiérrez, 2004), entonces la huella fecal de los 1.8 millones
de esquiadores resulta ser de 32.4 a 64.8 toneladas.
La Tabla 1 muestra los tres casos.
Tabla 1.
Estimado de la huella fecal de los esquiadores en Candanchú y Astún
vertida al río Aragón durante la temporada 2016-2017. El número de
esquiadores basado en R.G. (2017). Construcción de los autores.
Casos asumidos
|
Número de esquiadores:
Temporada 2016-2017
|
Huella fecal
(toneladas)
|
|
(100 g/persona/día)
|
(200 g/persona/día)
|
||
A
|
1,800,000
|
180
|
360
|
B
|
900,000
|
90
|
180
|
C
|
324,000
|
32.4
|
64.8
|
A:
todos los esquiadores; B: la mitad de los esquiadores; C: sin el 18% de
esquiadores estreñidos.
En cuanto al cuarto caso, aquel donde hay
individuos cuya evacuación fecal es voluminosa, suele ser un 0.10% de cualquier
población en los “países desarrollados” o entre la clase media y alta de
las naciones en “vías de desarrollo”, es decir entre la gente
privilegiada, o hablando sin tapujos, los que comen mucho y cagan mucho como
elefantes, dependiendo de su alimentación, tamaño y hábitos alimentarios o su
gula, la huella fecal tan solo de este tipo de esquiadores fue de 0.72 a 1.8
toneladas (Tabla 2).
Tabla 2.
La huella fecal de los esquiadores de evacuación voluminosa.
Construcción de los autores.
Número de esquiadores:
Temporada 2016-2017
|
Huella fecal
(toneladas)
|
|
(500 gramos/persona/día)
|
(1000 gramos/persona/día)
|
|
1.800
|
0.72
|
1.8
|
En cualquier caso, el río Aragón se tragó
toda la mierda de los esquiadores durante la temporada de esquí 2016-2017.
¿Por qué?
Porque, lastimosamente, la estación de esquí
de Astún no tiene depuradora de aguas negras (Hammer et al., 2017; Video
1). Tampoco la hay en Candanchú.
Video 1. Cloaca de
Astún. Fuente: Salvatore Scimino: URL:
https://www.youtube.com/watch?v=rSoD7MCatI4
Si el río Aragón y sus habitantes no-humanos
pudiesen hablar, ¿qué les dirían a los humanos que los contaminan con tanta mierda?
Probablemente les dirían: ¡Canallas, dejen de jodernos! ¡Ya basta de hablar de sostenibilidad hueca,
micos cagones!
Y parece que las cosas medioambientales van a
complicarse mucho más en esta región pirenaica.
La futura Variante de Jaca de la Autovía delPirineo (A-21) (Fig. 2) pondrá más presión contaminante en el ecosistema del
río Aragón.
Figura 2. La Variante de Jaca de la Autovía del Pirineo (A-21).
Fuente: Variante de Jaca Salud y Progreso. URL:
http://variantedejaca.xyz/node/13.
|
Por ejemplo, cuando llueva, las escorrentías
que salgan de la Variante de Jaca irán cargadas de diversos tipos de
contaminantes [e.g., materia particulada de los escapes de los vehículos,
residuos de combustible y aceite, partículas de metales pesados (cromio, cadmio,
etc.) de los frenos, residuos de los neumáticos, partículas del desgaste de los
componentes del motor, residuos de anticongelantes del limpiabrisas, residuos
de antideslizantes y sales del mantenimiento vial durante el invierno, etc.,
etc.], iran a parar tarde o temprano al río Aragón.
Cuando el humano use e ingiera las aguas
contaminadas del río Aragón, teniendo en cuenta que las depuradoras actuales no
retienen las nanopartículas que están tan de moda añadir a los productos de
alimentación, los cosméticos, las medicinas, entre otros, el ciclo será
completado. Y no para su bien.
Mientras el hombre no comprenda que todos los
ríos y riachuelos son también parte de su propio sistema circulatorio aunque
exterior a su cuerpo y que por lo tanto debe cuidarlos fervorosamente, por
muchas ilusiones posthumanistas o transhumanistas nanotecnológicas de
inmortalidad que se haga, su especie no sobrevivirá.
Y si algún día con la ayuda de sus adelantos
tecnológicos y científicos logra convertirse en una especie de cyborg o
un Dalek, como en las series de TV Doctor Who y Star Trek,
respectivamente, y pueda abandonar su nido de origen, su viaje espacial no será
nada fácil. El ambiente hóstil del espacio exterior podría perfectamente acabar
con sus circuitos electrónicos (ver Bedingfield et al., 1996; Yamashita et
al., 1997; Johnston, 2000; Boscherini et al., 2003; Daglis, 2005),
si es que aún no se lo ha cargado antes la radiación del viento solar o
perecido a causa del impacto de la basura espacial antropogénica o algún
micrometeorito (ver Hanslmeier, 2010; Liou & Johnson, 2006).
Entonces, por ahora, hoy mismo mientras está
aquí en la Tierra, si el hombre – la “especie suicida” (Valledor de
Lozoya, 2000) - no cambia lo que debe cambiar, a estas alturas ya sabe lo que
debería y debe hacer, nada cambiará.
Así como va, tarde o temprano sucumbirá.
Olvida que la Naturaleza no tolera ni perdona
especies que no danzan al son de Su Gran Sinfonía.
¿Logrará el humano danzar al ritmo de ella algún día?
Nosotros lo dudamos.
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